martes, 28 de diciembre de 2010

Cuando la Navidad tiene una explicación científica....



¿Existe alguna base científica para los rituales navideños que llevamos a cabo cada año por estas fechas? o muy al contrario, se trata meramente de historias fantásticas destinadas a encantar.


La razón indica que se trata de lo segundo, sin embargo en el libro ‘La física de la Navidad - De la aerodinámica del reno a la termodinámica del pavo’, que se ha convertido en todo un bestseller, Roger Highfield - un editor de ciencia del Daily Telegraph- acomete con obstinado rigor y abundante dosis de humor, la tarea de explicar científicamente cada uno de los componentes de esta tradición, recabando opiniones de historiadores, matemáticos, biogenetistas, químicos, sociólogos y psicólogos.

En realidad, más que despojar a la Navidad de su misterio, lo que Highfield se propone, es demostrar que incluso las nociones más extravagantes y esotéricas, pueden traducirse en términos científicos. Veamos cómo....

La velocidad del sonido

Hace algunos años, el científico británico Richard Dawkins concluyó en su libro 'Destejiendo el arco iris' que el mito de Papa Noel era falso. Esta afirmación tenía base en una lógica explicación: simplemente... para visitar a todos los niños del mundo en una sola noche, su trineo tendría que viajar a una velocidad varias veces superior a la del sonido, lo cual a su vez, generaría una tremenda onda sónica y una gigantesca explosión.

De acuerdo con esta premisa.... 'Dado que no escuchamos esa explosión, entonces... Santa Claus no existe', concluyó Dawkins, quien admitió haber utilizado este argumento para convencer a un niño de seis años.

Pero Highfield defiende la tradición con otras evidencias. Según Unicef, en el mundo existen más de 2.100 millones de personas menores de 18 años. Se podría considerar un promedio de 2,5 niños por hogar, así que Papá Noel debería hacer 842 millones de paradas en un solo día para entregar los regalos. 'Afortunadamente, Santa Claus tiene más de 24 horas para realizar esta tarea… con lo que, si su trineo viaja en dirección opuesta a la rotación de la Tierra, tendrá otras 24 horas extra para finalizar su trabajo sin sobrepasar la medianoche del 24 de diciembre'. Y como tiene que cubrir una extensión calculada en 335,6 millones de kilómetros, entonces, su trineo deberá viajar a una velocidad de 2.058 kilómetros por segundo.

... Y ¿qué hay de la espectacular explosión? Pues... para justificar su ausencia, Highfield recurre a la física cuántica y a la investigación de varios científicos que demuestran cómo el famoso trineo está naturalmente equipado para generar dispositivos antisónicos, ofreciendo asimismo, una detallada explicación sobre los mecanismos que harían posible que los renos volaran.

En busca del árbol perfecto

Sin lugar a dudas, el símbolo más proverbial de esta fiesta es el árbol, el cual se remonta, según Highfield, al siglo XV. Los primeros árboles decorados aparecieron en Estrasburgo en 1.605, datando la primera ilustración de 1.796. No obstante, esta tradición, tal cual nosotros la conocemos hoy, proviene de la Inglaterra de 1.840, cuando la reina Victoria y el príncipe Alberto fueron pintados en el castillo de Windsor posando junto a un magnífico pino decorado.

Ahora bien, en este contexto, según se desprende de la lectura del libro anteriormente citado, la ciencia no sólo está abocada a experimentar con la clonación de animales o eventualmente de humanos, sino que también está orientada a la búsqueda del árbol de Navidad perfecto. O lo que es lo mismo, un ejemplar descrito de modo genérico como 'un tronco recto que se ajusta fácilmente a un soporte, buen color, púas anchas, suficientemente fuerte como para soportar los ornamentos, ramas inclinadas hacia arriba en ángulo 45 grados y con forma cónica uniforme'. Para estos casos, el método de clonación más usual, según Highfield, es la micropropagación, que consiste en tomar brotes de un árbol modelo y producir vástagos.

... Y es muy posible que los amantes de la perfección navideña constituyan un mercado considerable, puesto que un grupo investigadores de la Universidad de Michigan ya se encuentran trabajando en la clonación del abeto Douglas y del pino escocés. Lo que es más, agrónomos de Texas, no han perdido el tiempo para poner a la venta pinos perfectos obtenidos mediante técnicas en tubo de ensayo.

La estrella de Belén

Los Reyes Magos depositaron oro junto al pesebre por razones más o menos obvias, todos lo sabemos, pero, … ¿por qué además incienso y mirra? Ambas son resinas fragantes, escribe Highfield, pero también plantas medicinales. El incienso se utilizaba en la antigüedad 'en ritos religiosos y para tratar heridas' y la mirra se había mostrado como un remedio eficaz 'para tratar infecciones de la boca, dientes y ojos, así como para curar la tos y picaduras de serpientes'. Así que, los Reyes Magos no sólo pretendían honrar al Niño con un metal precioso, sino también protegerlo de infecciones y enfermedades.

Y ¿cómo se explica la aparición de la estrella que les guió desde Oriente hasta Belén? Existen muchas conjeturas acerca de que podría tratarse de un cometa, sin embargo, varios astrónomos sugieren que, más bien, pudo tratarse de la estela dejada por el planeta Júpiter al moverse en dirección a Occidente. Si esto fuera así, infiere Highfield, entonces el nacimiento habría tenido lugar siete años antes de lo que pensamos y, en consecuencia, la Navidad debería celebrarse, no en diciembre sino en septiembre.

¡¡¡Esto también es Magia de Navidad!!!